Semana 1

 

Solo piensa

 

Era una fría mañana, el sol estaba demasiado tímido. Al mirar por la ventana noté un desenfoque por todos lados, como si mi casa estuviera dentro de una nube, intenté ver más allá, mientras estaba sentado en mi cama, pero no veía absolutamente nada. Al rato intenté salir de mi cama, no resultó para nada bien, el lugar donde dormía era una cárcel, pero con almohadas cómoda y calurosa. Volví a dormir, no lo pude evitar, mi mente estaba llena de sueño y pensamientos. Elementos supuestamente antagónicos unen sus fuerzas y me atacan con todo.

Finalmente, después de varios minutos, logré levantarme. Sin embargo, me olvidé de mi clase que tenía, mi cerebro se activó en un instante, debía correr o si no llegaría tarde a mi primera clase del semestre. Corrí hacia el computador para comenzar la clase virtual, no veía nada más que un “iniciando…” mi corazón estaba en una maratón, no sabía qué hacer. Apenas cerré los ojos para rezar e implorar que el computador prendiera apareció la pantalla para iniciar sesión, yo aún seguía con tensión. Ingresé la clave, nunca se me va a olvidar, mamita12. Había abierto la plataforma de las clases en línea, corrí a abrir el curso que me tocaba. Miré con atención y me había dado cuenta de que no había iniciado la clase, revisé la hora y todavía quedaban veinte minutos para que comenzara. No tenia absolutamente idea de cómo sentirme al respecto, como si un monstruo gigante apareciera de la nada y de repente te abraza con ternura.

Quise relajarme, pero no tenía idea cómo, así que indagué dentro de mi computador y encontré Spotify. Puse mi playlist más relajante, y sí que ayudó, así que mientras estaba sentado en mi escritorio puse play y cerré los ojos. Nunca me había calmado tanto en mi vida. Pasé de estar un mundo caótico a solo ver naturaleza llena de paz y amor, deje de escuchar y empecé a sentir como todos esos sintetizadores y bajos abrazaban mi oído con tanta ternura, dejando que mi imaginación fluyera tanto como quisiera. Estaba preparado para iniciar a estudiar.

Llegando a la hora de iniciar me uno a la reunión de la clase y posteriormente se une el profesor, él saluda y luego mis compañeros también, quería saludarlo, pero me conozco demasiado bien y sé que no soy bueno hablando ni siquiera para decir una pequeña frase como lo es buenos días. A partir de entonces, el profesor introduce la clase llamada Investigación Social, personalmente nunca había oído sobre ella, así que quería escuchar de qué se trataba. Sin embargo, ocurrió un incidente muy grave, tan pronto como tuve ese pensamiento el profesor dice lo siguiente: “…entonces vamos a presentarnos”. No supe que hacer, tenía que decir algo interesante sobre mí o algo que me gustara. Estuve en blanco por varios minutos y luego pensé que no me conozco muy bien después del todo.

Ya era mi turno de hablar, todavía no tenia ninguna idea de lo que quería decir, así que comencé con mi nombre para luego decir que estaba cursando el cuarto semestre de la carrera y cuando tenia que decir algo propio de mí, lo pensé varias veces y al fin dije que me gustaba la música. No es nada interesante, digo, a quién no le gusta la música. Definitivamente pude haber dicho algo mejor.

Continuando con la introducción a el curso el profesor nos empieza a comentar sobre la escritura, lo importante que es para nosotros los estudiantes y cómo nos sirve para nuestra vida. El profesor nos cuenta una historia al respecto para luego leer sobre ello. Leímos que existía un profesor que renunció a su profesión ya que sus estudiantes no escribían del todo bien, dicho profesor contaba su opinión al respecto y cómo se sentía tan decepcionado. Nuestro profesor nos mostró varios ejemplos de escritura de los estudiantes que hicieron que su profesor renunciara. Lo cual me llevó a pensar ¿acaso es tan importante la escritura para que una persona renuncie a un logro que siempre quiso en su vida y que ame hacer?, si es que en realidad dicho profesor amaba lo que hacía, es decir; ¿es tan importante como para quitarle una pasión a otra persona? Me preocupó un poco y me hizo reflexionar al respecto.

Vimos varios conceptos en la clase uno fue la taxonomía de Bloom, yo lo definiría como una manera en la que puedes ordenar tus pensamientos. Entendí que esta taxonomía se enfoca en nuestros ámbitos cognitivos en seis sencillos pasos: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear. Dicho concepto se me hacía demasiado familiar, casi como si ya estuviese en un mismo lugar antes pero no logro recordar cuando. Luego recordé y fue que en mi colegio existía un profesor de mi clase de Ética, que nos marcó la taxonomía de Bloom durante mucho tiempo, olía a periódico y no era del todo amigable.

Otro concepto que logro recordar fue la pirámide del conocimiento o del aprendizaje, este tema me interesó ya que expresaba los porcentajes de cómo nuestro cerebro almacena la información, esto me cautivo porque el cerebro es un grande enigma y es demasiado difícil comprenderlo a su totalidad me hice muchas preguntas como ¿cómo es que estoy almacenando la información de cómo aprende nuestro cerebro en mi cerebro? O ¿cómo fue el proceso de aprendizaje cuando escuché música antes de la clase? El cerebro es muy complejo, me asusta. Ya después el profesor comenta algo interesante, lo cual es, que uno almacena la información que en realidad necesita. Él dijo que le explicaron que la combinación con ron y azúcar daba guayabo, en su clase de química, fue interesante porque ahora esa información también se grabó en mi cerebro perfectamente. Para explicar mejor el concepto el profesor comenta.

                —Hernando, dime qué aprendiste en el colegio que recuerdes muy bien.

                —Pues aprendí que entre más masa más fuerza, ya que los gorditos son fuertes —digo yo con nervios.

                —Bueno al parecer Hernando no está ahora mismo.

Había abierto el micrófono, pero se había desconectado por alguna razón. Lo conecté poco después, pero ya tenía miedo de intervenir de nuevo.

Finalmente, cerca de acabar la clase, recuerdo que aprendí de la zona de confort. Es necesario salir de la zona de confort para poder abrirse a aprender, no se avanza si nos quedamos almacenados en ella. Es curioso porque por lo general siempre levanto un muro a mi alrededor para sentirme seguro dentro y que nadie me moleste. Así que si mi futuro depende de aprender tendré que cambiar mi perspectiva hacia el mundo. Definitivamente aprender o enseñar es muy complejo, ya que todos somos diferentes, pero ¿es vital enseñar a aprender o que cada uno se enseñe a sí mismo a aprender?

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